Tú puedes ser ese adulto para un niño. Ya sea que seas un maestro, proveedor de servicio, mentor, pariente, amigo, o vecino, tú tienes el poder de ser una influencia positiva para los niños y las familias en tu vida.
Existe una comunidad activa de más de 50,000 personas que están trabajando en sus propios vecindarios y ciudades para prevenir y atender las ACEs, motivar experiencias positivas de la niñez, y apoyar a los niños y familias.
Está científicamente comprobado que las experiencias, el entorno y las relaciones de nuestra infancia pueden ayudar a disminuir los efectos de la adversidad, prevenir o reducir el estrés tóxico y ayudarnos a sanar. La manera en la que los adultos que se preocupan por los niños amortiguan, puede hacer una gran diferencia en sus vidas, que puede durar hasta que sean adultos.