El yoga nos hace mucho bien en muchos niveles. Para empezar, cultiva la calma al mismo tiempo que desarrolla la fuerza y aumenta la flexibilidad. Sin embargo, para los que hemos experimentado ACEs, los movimientos y el entorno que se supone que nos relajen, pueden causarnos ansiedad o incomodidad.
El yoga sensible al trauma, o el yoga con trauma en mente, toma eso en consideración. Los profesores de yoga entrenados para tratar traumas le pueden ayudar a sus estudiantes a encontrar una respiración y un movimiento que los libere y los restaure a un ritmo que se sienta bien.
Cuando se practica de manera que atienda nuestras necesidades particulares, el yoga puede ser una herramienta muy poderosa para ayudarnos a entrar en contacto con nuestro propio cuerpo y cultivar compasión y amor más profundo por nosotros mismos.
Prueba este video de nuestros amigos de YogaEd.